Cartas Tarot y descripciones
Si has encontrado
tu verdad dentro de ti mismo, no hay nada más que encontrar en toda esta
existencia. La verdad está funcionando a través de ti. Cuando abres tus ojos,
es la verdad quien abre sus ojos. Cuando cierras tus ojos, es la verdad quien
los está cerrando.
Esta es una
meditación tremenda. Si puedes entender simplemente el truco, no tienes que
hacer nada; cualquier cosa que estés haciendo está hecha por la verdad.
Caminas, es la verdad; duermes, es la verdad descansando; hablas, es la verdad hablando;
estás en silencio, es la verdad que es silencio.
Esta es una de las
técnicas de meditación más simple. Poco a poco cada cosa se pone en su lugar
con esta simple fórmula y entonces ya no hay necesidad de la técnica. Cuando
estás curado descartas la meditación, tiras la medicina. Entonces vives como
verdad: vivo, radiante, dichoso, contento, como una canción para ti mismo. Toda
tu vida se vuelve una plegaria, en un estado de plegaria, una gracia, una
belleza que no pertenece a nuestra vida mundana, un rayo de luz viniendo desde
el más allá hacia la oscuridad de nuestro mundo.
Comentario:
La voz interior no
habla con palabras sino en el lenguaje sin palabras del corazón. Es como un
oráculo que sólo dice la verdad. Si tuviera un rostro, sería como el rostro que
hay en el centro de esta carta: alerta, observador y capaz de aceptar tanto la
oscuridad como la luz, simbolizadas por las dos manos que sostienen el cristal.
El cristal por sí mismo representa la claridad que viene de trascender todas
las dualidades.
La voz interior
puede ser también juguetona, a medida que bucea profundamente en las emociones
y vuelve a emerger para elevarse hacia el firmamento como dos delfines que
danzan en el agua de la vida. Está conectada con el cosmos a través de la corona
de la luna creciente y con la tierra tal y como está representada por las hojas
verdes en la figura del kimono.
Hay momentos en
nuestras vidas en las que parece que muchas voces nos empujasen a uno y otro
lado. Nuestra propia confusión en tales situaciones es un recordatorio para
buscar el silencio y el estar centrado. Sólo entonces somos capaces de escuchar
nuestra verdad.
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