IDEAS PARA CRECER Y VIVIR ENAMORADOS *
Cuando falla la telepatía
Normalmente las parejas no se
dicen las cosas claramente. Esperas que la otra persona lo entienda, y lo mismo
le ocurre a la otra persona: cree que tú lo entenderás. ¡Nadie va a entender
nada! No hay comunicación, nunca se han expuesto los problemas claramente.
Tienes que expresar las cosas de forma clara: “No me estoy metiendo contigo; tú
puedes ser como quieras te amo y te seguiré amando pero, y yo, ¿qué?”. Solo así
encontraran alguna forma de resolver las dificultades.
Pueden permanecer juntos y seguir
teniendo vuestra individualidad y vuestra libertad. Si las dos personas se aman
realmente, serán capaces de enfrentarse a los problemas. Pero lo que ocurre en
realidad es que nunca nos decimos las cosas claras. Siempre esperamos que el
otro lo adivine por telepatía. ¡Nadie sabe las cosas por telepatía! La otra
persona no es clarividente, tienes que explicárselo claramente: “Dos y dos son
cuatro”. Sin embargo, lo que ocurre es que no se habla del auténtico problema.
* Los extractos del presente capítulo han sido seleccionados de las
charlas vespertinas en las que Osho hablaba directamente con uno o ambos
miembros de la pareja, o bien con personas que habían acudido a él para que les
aconsejara en sus problemas de pareja. (N. del E.)
Entender la necesidad de espacio.
Cread comprensión, hablad entre
vosotros, y entended que a veces la otra persona necesita su espacio. Aunque
hay un problema: puede que no os suceda a los dos a la vez. A veces tú quieres
estar con tu pareja y él quiere estar solo; no puedes hacer nada. En ese caso
tienes que ser comprensiva y dejarle solo. A veces tú quieres estar sola y él
quiere acercarse a ti; entonces dile que no puedes evitarlo, ¡necesitas tu
espacio! Simplemente, cread cada vez más comprensión. Eso es lo que suele
faltar en las parejas: tienen suficiente amor, pero no tienen comprensión en
absoluto, nada. Por eso su amor muere ante los escollos de los malentendidos.
El amor no puede sobrevivir solo, sin comprensión.
Por sí solo, el amor es muy
tonto; con comprensión, el amor puede tener una larga vida, una buena vida en
la que compartir muchas alegrías, muchos buenos momentos, grandes experiencias
poéticas. Pero eso solo ocurrirá gracias a la comprensión. El amor puede darte
una breve luna de miel, eso es todo. El entendimiento es el único que te puede
dar una profunda intimidad. Entonces, aunque os separéis algún día, la
comprensión seguirá con vosotros, y será un don de vuestro amor a la otra
persona. Las parejas pueden separarse pero la comprensión que se ha alcanzado a
través de la otra persona, en compañía de la otra persona, permanecerá siempre
en vosotros. Permanecerá como un don, no puede haber ningún otro don. Si amas a la otra persona, el único don
valioso que puedes ofrecerle es un poco de comprensión.
Enfrentarse a los sentimientos negativos
Al principio, el amor siempre es
maravilloso, porque no vuelcas en él tus energías destructivas. Al principio
vuelcas en él tus energías positivas; ambos hacéis un fondo común con vuestras
energías positivas, todo va muy bien. Pero, poco a poco, empiezan a surgir las
energías negativas; no puedes contenerlas para siempre. Así que una vez que tu
energía positiva se ha agotado, termina la luna de miel y comienza la parte
negativa. Entonces el infierno abre sus puertas y no eres capaz de entender qué
ha ocurrido. ¿Cómo puede estar a punto de terminarse una relación tan
maravillosa? Si uno está alerta desde el principio, se puede salvar.
Derrama en ella tus energías
positivas, pero recuerda que tarde o temprano comenzará a surgir lo negativo. Y
cuando empiece a surgir, tendrás que liberar por tu cuenta la energía negativa.
Vete a una habitación solo, y libera lo negativo; no hace falta que lo vuelques
en la otra persona. Si quieres chillar, gritar y enfadarte, vete a una habitación
y cierra la puerta; grita, enfádate, golpea la almohada. Pero nadie tiene que
llegar a un estado de violencia en el que lance cosas a las otras personas.
No te han hecho nada, así que
¿por qué tienes que lanzarles cosas? Es mejor tirar todo lo negativo a la
basura. Si permaneces alerta, te sorprenderá ver que es posible hacerlo; una
vez que se elimina lo negativo, vuelve a rebosar lo positivo. Solo más adelante
seréis capaces de eliminar lo negativo juntos, cuando la relación ya esté muy
estabilizada. E incluso en ese momento solo debe hacerse como una medida
terapéutica. Cuando los dos miembros de la pareja están muy alerta, son muy
positivos, se han consolidado en un ser y son capaces de tolerar y no solo de
tolerar sino de utilizar la negatividad de la otra persona deben llegar a un
acuerdo para ser negativos juntos, como medida terapéutica.
Aquí también mi consejo es que
seáis muy conscientes, no inconscientes; que sea algo deliberado. Estableced
que todas las noches durante una hora seréis negativos con la otra persona
convertidlo en un juego en vez de ser negativos en cualquier lugar, en
cualquier ocasión. Porque las personas no están tan alerta no están alerta
durante las veinticuatro horas pero durante una hora podéis estar juntos y ser
negativos. Entonces será un juego, ¡será como una terapia de grupo! Después de
una hora habréis acabado con la negatividad, no os quedará ningún resto, y por
tanto no la llevaréis a vuestra relación.
El primer paso consiste en
liberar lo negativo a solas. El segundo paso consiste en liberar lo negativo en
determinado momento, cuando hayáis acordado que ambos vais a liberar lo
negativo. Solo en un tercer paso podréis ser naturales, porque entonces no
tendréis miedo de dañar a la relación o de herir a la otra persona. Entonces
ambos podréis ser negativos y positivos, y ambas cosas son maravillosas, pero
solo en el tercer paso. Llegará un momento en el primer paso en el que
empezarás a sentir que ya no surge la ira. Te colocarás ante la almohada, y no
sentirás ira. Surgirá durante meses, pero llegará un día en el que descubrirás
que ya no fluye, ya no tiene sentido, no puedes estar enfadado a solas.
Entonces habrá terminado el
primer paso. Pero espera a que la otra persona también descubra que ha
terminado el primer paso. Si tu pareja también ha completado el primer paso,
comienza el segundo paso. Ahora, durante una o dos horas podéis escoger
vosotros si por la mañana o por la noche establecéis un tiempo para expresar
vuestros sentimientos negativos, de forma deliberada. Tomáoslo como un
psico-drama, es impersonal. No atacáis con dureza; atacáis, pero no a la otra
persona. De hecho, lo único que estás haciendo es eliminar tu negatividad. No
estás acusando a la otra persona, no le estás diciendo; “Eres malo”. Lo único
que estás diciendo es: “Yo siento que eres malo”. No le dices: “Me insultaste”,
sino que le dices:
“Me sentí insultado”. Eso es algo
totalmente diferente, es un juego deliberado: “Me estoy sintiendo insultado,
así que voy a liberar mi ira. Tú eres la persona que tengo más cerca, así que,
por favor, deja que te utilice”. Y la otra persona hace lo mismo. Llegará un
momento en el que descubrirás que esta negatividad deliberada ya no funciona.
Os sentaréis juntos durante una hora y no se te ocurrirá nada, a tu pareja no
se le ocurrirá nada. Entonces habréis acabado con el segundo paso. Ahora viene
el tercer paso, y el tercer paso, es la vida misma. Ahora estáis preparados
para ser negativos y positivos según surjan esos sentimientos; podéis ser
espontáneos. Así es como el amor se convierte en relacionarse, se convierte en
una forma de amar, se convierte en el estado natural de tu ser.
Romper los viejos patrones de. Relación
Dedica veinticuatro horas a
anotar todo lo que puedas recordar de cómo has saboteado tus relaciones en el
pasado; escríbelo con todo detalle. Contémplalo desde todos los ángulos y no lo
repitas. Se convertirá en una meditación, y el hecho de que en una nueva
relación permanezca el amor o no será irrelevante. Si puedes ser consciente en
la relación, valdrá la pena. Tú lo sabes muy bien, todo el mundo lo sabe,
porque es imposible no saber qué haces en tus relaciones. Durante los momentos
de lucidez lo sabes muy bien. En los
momentos de locura, lo olvidas; ya lo sé. Así que antes de que lleguen esos momentos
de locura, observa. Anota todo lo que hayas hecho siempre para sabotear tus
relaciones, y guarda una copia. Cada vez que surja alguna situación en la que
puedas repetir el antiguo patrón, repásala.
Uno debería volverse alerta poco
a poco; entonces todo sería maravilloso. El amor es absolutamente maravilloso
pero puede convertirse en un infierno. Así que primero localiza esos actos de
sabotaje y después, evita hacerlos. Te sentirás muy feliz, por el mero hecho de
ser capaz de no hacerlos sentirás una especie de liberación. Esos actos son
obsesivos; son como una neurosis, una especie de locura. Y cuando dos personas
están enamoradas lo que desean es ser felices: nadie pretende ser infeliz. Pero
la mayoría de la gente sigue siendo estúpida. Tarde o temprano, empiezan a
hacerse infelices el uno al otro, y pierden el objetivo. Se derrumban todos los
sueños y una y otra vez aparecen heridas.
La sensación de que “falta algo”
Todo enamorado siente que falta
algo, porque el amor está incompleto. Es un proceso, no una cosa. Cualquier
enamorado está condenado a sentir que falta algo, pero no me malinterpretes. Lo
único que ello demuestra es que el amor es dinámico en sí mismo. Es como un
río, siempre fluyendo, siempre fluyendo. La vida del río está en su
movimiento. En cuanto se para, se
convierte en agua estancada: ya no es un río. La misma palabra “río” conlleva
un proceso, el mismo sonido da la sensación de movimiento.
El amor es un río; no es una
cosa, ni un objeto. Así que no pienses que falta algo; forma parte del proceso
del amor. Y es bueno que no esté completo. Cuando falta algo tienes que
reaccionar, moverte. Esa sensación de que “falta algo” es una llamada a cumbres
cada vez más altas. No quiere decir que cuando las alcances vayas a sentirte
satisfecho. El amor nunca se siente satisfecho. Desconoce la satisfacción, pero
es maravilloso porque permanece siempre vivo.
Afinado y desafinado
Siempre sentirás que hay algo que
está desafinado. Es natural, porque cuando se encuentran dos personas, se
encuentran dos mundos distintos. Esperar que vayan a encajar perfectamente es
esperar demasiado, es esperar lo imposible, y eso creará frustración. Siempre
habrá algo que esté desafinado. Si encajas completamente y no hay nada
desafinado, la relación se estancará. A lo sumo, habrá algunos momentos en los
que todo esté afinado, muy raras veces. Puede que incluso seas incapaz de
atraparlos cuando lleguen, ya que son muy veloces, muy escasos. Apenas han llegado y ya se han ido; son solo
un destello.
Y ese destello puede hacer que te
sientas todavía más frustrado porque descubrirás cada vez más cosas que están
desafinadas. Así es como tiene que ser. Esfuérzate al máximo para conseguir afinar,
pero mantente siempre preparado por si no lo consigues totalmente. Y no te
preocupes por eso, de lo contrario desafinarás aún más. La sensación de estar
afinado solo surge cuando no te preocupas por ella. Solo ocurre cuando no estás
tenso, cuando ni siquiera la estás esperando; ocurre por casualidad. Es una
gracia, un don de la existencia, un don del amor.
El amor no es algo que tú puedas
hacer. Pero al ocuparte de otras cosas, ocurrirá el amor. Hay pequeñas cosas
que podéis hacer sentaros juntos, contemplar la luna, escuchar música, pero no
es nada que tenga que ver directamente con el amor. El amor es muy delicado,
muy frágil. Si lo miras, si lo contemplas directamente, desaparecerá. Solo
surge cuando eres inconsciente, cuando estás haciendo otra cosa. No puedes
dirigirte a él directamente, como una flecha. El amor no es un objetivo. Es un
fenómeno muy sutil. Es muy tímido. Si vas directamente, se oculta. Si haces
algo directo, fallarás.
Atemperar las pasiones
Si el amor se vuelve profundo, al
final los maridos y las mujeres se convertirán en hermanos y hermanas. Si el
amor se vuelve profundo, la energía solar se convertirá en energía lunar. Habrá
desaparecido el calor, estará templado. Sin
embargo, aunque el amor sea profundo, también puede haber algún malentendido,
porque nos hemos acostumbrado a esa fiebre, a esa pasión, a esa excitación, y
ahora todo parece una tontería. ¡Es una tontería! Ahora si haces el amor parece
estúpido; pero si no haces el amor parece que falta algo, porque es una antigua
costumbre.
Así que tendrás que entender esta
tibieza que está surgiendo. Y por supuesto, cuando empezáis a sentiros uno,
surge el miedo. Miedo a lo que está ocurriendo, porque si os convertís
demasiado en una sola persona, empezaréis a olvidar a la otra persona. El otro
solo podrá ser recordado como “el otro”. Dicen los psicólogos que cuando el
niño comienza a hablar, si la primera palabra que dice es “papá” la madre se
ofende porque ella ha estado cuidándolo y lo ha llevado en su seno durante
nueve meses.
¿Ella está con el niño
veinticuatro horas, pero la primera palabra que dice el niño es “papá”? El
padre está en la periferia y ella está muy cerca.
¡Siente como si el niño la
estuviera traicionando! Pero existe una razón: la madre está tan unida al niño
que él todavía no puede nombrarla; esa es la razón. Está tan unida al niño que
él no tiene la sensación de que ella sea “otra persona”. El padre no está tanto
con el niño, viene y va; por la mañana se va a la oficina y vuelve por la
tarde; a veces juega con el niño, pero vuelve a irse. Siempre está marchándose,
así que se le puede considerar “otro”. La madre siempre está ahí, así que no
puede verla como algo separado. De modo que primero dice “papá” y después, poco
a poco, un día aprende a decir “mamá”.
Solo en tercer lugar aprenderá su
propio nombre porque eso es lo más difícil para él. Ahora es capaz de entender
que la madre también es algo separado. A veces tiene hambre y ella no acude, y
a veces está mojado y ella está hablando con alguien y no se da cuenta. Empieza
a sentir que ella es “otra persona”, que no es totalmente una con él. Pero él
es uno consigo mismo, así que lo último que aprende es su propio nombre. De
modo que cuando dos amantes empiezan a convertirse en uno, surge el miedo:
“¿Estás perdiendo a la otra persona?”. En cierto modo la estás perdiendo porque
no la sentirás como otra; de ahí el concepto de amor fraternal. ¿Por qué? En el
amor fraternal no hay excitación; es algo templado.
Es algo muy templado y sereno; no
hay pasión, no hay sensualidad, no hay sexualidad. Y otra cosa es que el
hermano y la hermana no se han elegido; es un fenómeno dado. De repente, un día
descubres que eres la hermana o el hermano de alguien; no es algo que hayas
elegido. Pero sí que eliges a tus amantes. Al elegir a un amante, el ego se
implica. Con una hermana, con un hermano, el ego no está implicado. No lo has
elegido; es un don de la existencia. No puedes cambiarlo, no puedes acudir a un
juez y declarar que ya no quieres ser un hermano. Aunque decidas no ser un
hermano, seguirás siéndolo. Da igual lo que quieras, no hay forma de cambiarlo.
Es irrevocable, no puedes revocarlo.
Cuando el marido y la mujer
empiezan a sentir una gran unidad, surge el miedo. ¿Has empezado a dejar de
prestar atención a la otra persona? ¿Se ha convertido en un hermano o en una hermana
y ya no puedes elegirla, ya no tiene que ver con tu ego, ya no es una forma de
satisfacer el deseo de tu ego? Surgen todos esos miedos. Sin embargo, en otro
tiempo erais muy apasionados el uno con el otro, había mucha pasión. Ahora
sabes que es una tontería, pero, a pesar de todo, es la vieja costumbre... A veces,
empiezas a sentir que falta algo en alguna parte, una especie de vacío. Pero no
lo contemples desde el pasado. Contémplalo desde el futuro.
En ese vacío van a ocurrir muchas
cosas, en esa intimidad van a ocurrir muchas cosas, ambos desapareceréis. Se convertirá
en algo totalmente asexual, desaparecerá todo el calor, y entonces conoceréis
un tipo de amor totalmente diferente. Esa cualidad que surgirá en vosotros es
lo que yo denomino espíritu de oración, espíritu meditativo, pura conciencia.
Pero eso llegará en el futuro, todavía no ha ocurrido. Estás dirigiéndote hacia
allí. El pasado se ha ido y el futuro no ha llegado todavía. Este período
intermedio será un poco difícil, pero no pienses en el pasado. Se ha ido y lo
ha hecho para siempre; aunque lo intentes no podrás recuperarlo. Sería una
estupidez, sería una tontería. Puedes forzarlo a que vuelva, puedes intentarlo,
pero no lo conseguirás y eso te producirá más frustración.
Así que ni siquiera lo intentes.
Limítate a amar de una forma nueva. Deja que salga esta luna nueva. Abrazaos,
amaos, cuidaos y no ansiéis el calor porque ese calor era una especie de
locura, era un arrebato; es bueno que haya desaparecido. Así que debéis
sentiros afortunados. No me malinterpretéis. Eso os ocurrirá a todos los amantes
si realmente me escucháis y profundizáis. Esta es la profundidad por la que me
preguntas cuando dices que quieres que tu amor sea más profundo, ¡esta es la
profundidad! El amor apasionado está en la periferia, el amor compasivo está en
el centro. Esa es la profundidad. Disfrutadla: sentíos dichosos, meditad
juntos, danzad juntos. Si desaparece el sexo, dejad que desaparezca; no lo
obliguéis a que se quede. Si a veces ocurre, dejad que ocurra.
Cuando desaparece la emoción
Resulta muy difícil estar enamorado
mucho tiempo. Requiere una gran transformación de tu ser. Solo de este modo
puedes estar enamorado mucho tiempo. El amor común es una experiencia
momentánea; viene y se va, empieza y acaba, tiene un principio y un final. Así
que, en vez de racionalizarlo, observa el fenómeno de que ya no estás
enamorado. ¡Será difícil! No es que el amor ya no esté ahí, sino que en cierto
modo ya no fluye la energía. ¿Cómo puede ocurrir eso? El amor es la energía, si
el amor está ahí, fluirá la energía.
Quizá estés enamorado de tu amor
anterior, es posible. Quizá .estés enamorado de tus antiguos recuerdos; de lo
maravillosas que eran las cosas y de cómo fluía la energía entre vosotros, y
ahora no fluye. Es un vestigio del pasado. Estás pensando constantemente en el pasado,
y quieres que el presente sea también como el pasado, pero eso no se puede
conseguir. El presente es totalmente diferente al pasado, ¡y está bien que así
sea! Si solo fuera una repetición del pasado, estarías harto, completamente
aburrido. Así que los dos miembros de la pareja tienen que observar la realidad
e intentar descubrir la verdad. Si ya no estáis enamorados, podéis hacer una
cosa: podéis ser amigos. No hace falta que os forcéis a ser amantes, además el
amor no se puede forzar. Si lo fuerzas, será una hipocresía y no satisfará a
nadie.
Limitaos a observar. Habéis sido
amantes en el pasado, así que al menos podéis ser amigos. ¡Fijaos! A lo mejor,
si decidís ser amigos, vuelve a fluir el amor, porque volveréis a ser libres,
volveréis a ser individuos, desaparecerá nuevamente la seguridad, desaparecerán
nuevamente esos elementos que destruyeron vuestro amor. Existe la posibilidad
de que vuestro amor vuelva a fluir otra vez. Al igual que un día os unisteis,
ahora os separáis y sois solo amigos. Primero nació vuestra amistad; erais
amigos, y después os unisteis. El amor surgió de la amistad, pero tarde o
temprano se convierte en una relación, aunque sin amistad; entonces muere.
Si realmente quieres revivirla no
estoy diciendo que vaya a ocurrir seguro, nadie puede afirmarlo, existe la
posibilidad de hacerlo. O, aunque no reviva, podéis revivir vuestras energías
amorosas con otra persona; tu pareja puede amar a otra persona. Recuerda
siempre una cosa: es bueno estar enamorado; es una gran virtud. Si no fluye con
determinada persona, es mejor que fluya con otra, pero no te quedes estancado;
de lo contrario, sufrirás y harás que tu pareja sufra, sufriréis los dos. Y el
problema es que si sufres demasiado, te volverás adicto a tu sufrimiento.
Entonces empezarás a sentir una especie de placer en el sufrimiento. Puedes
volverte masoquista, y será muy difícil salir de ahí. Será un gran problema.
Disfrutadla: sentíos dichosos,
meditad juntos, danzad juntos. Si desaparece el sexo, dejad que desaparezca; no
lo obliguéis a que se quede. Si a veces ocurre, dejad que ocurra. Cuando
desaparece la emoción Resulta muy difícil estar enamorado mucho tiempo.
Requiere una gran transformación de tu ser. Solo de este modo puedes estar
enamorado mucho tiempo. El amor común es una experiencia momentánea; viene y se
va, empieza y acaba, tiene un principio y un final. Así que, en vez de
racionalizarlo, observa el fenómeno de que ya no estás enamorado. ¡Será
difícil! No es que el amor ya no esté ahí, sino que en cierto modo ya no fluye
la energía. ¿Cómo puede ocurrir eso? El amor es la energía, si el amor está
ahí, fluirá la energía.
Quizá estés enamorado de tu amor
anterior, es posible. Quizá .estés enamorado de tus antiguos recuerdos; de lo
maravillosas que eran las cosas y de cómo fluía la energía entre vosotros, y
ahora no fluye. Es un vestigio del pasado. Estás pensando constantemente en el
pasado, y quieres que el presente sea también como el pasado, pero eso no se
puede conseguir. El presente es totalmente diferente al pasado, ¡y está bien
que así sea! Si solo fuera una repetición del pasado, estarías harto,
completamente aburrido. Así que los dos miembros de la pareja tienen que
observar la realidad e intentar descubrir la verdad. Si ya no estáis
enamorados, podéis hacer una cosa: podéis ser amigos. No hace falta que os
forcéis a ser amantes, además el amor no se puede forzar. Si lo fuerzas, será
una hipocresía y no satisfará a nadie.
Limitaos a observar. Habéis sido
amantes en el pasado, así que al menos podéis ser amigos. ¡Fijaos! A lo mejor,
si decidís ser amigos, vuelve a fluir el amor, porque volveréis a ser libres,
volveréis a ser individuos, desaparecerá nuevamente la seguridad, desaparecerán
nuevamente esos elementos que destruyeron vuestro amor. Existe la posibilidad de
que vuestro amor vuelva a fluir otra vez. Al igual que un día os unisteis,
ahora os separáis y sois solo amigos. Primero nació vuestra amistad; erais amigos,
y después os unisteis. El amor surgió de la amistad, pero tarde o temprano se
convierte en una relación, aunque sin amistad; entonces muere. Si realmente
quieres revivirla no estoy diciendo que vaya a ocurrir seguro, nadie puede
afirmarlo, existe la posibilidad de hacerlo. O, aunque no reviva, podéis
revivir vuestras energías amorosas con otra persona; tu pareja puede amar a
otra persona.
Recuerda siempre una cosa: es
bueno estar enamorado; es una gran virtud. Si no fluye con determinada persona,
es mejor que fluya con otra, pero no te quedes estancado; de lo contrario,
sufrirás y harás que tu pareja sufra, sufriréis los dos. Y el problema es que
si sufres demasiado, te volverás adicto a tu sufrimiento. Entonces empezarás a
sentir una especie de placer en el sufrimiento. Puedes volverte masoquista, y
será muy difícil salir de ahí. Será un gran problema.
Es el momento de decir adiós
Habla con tu pareja, sé sincero,
y pídele a ella que también sea sincera. Os habéis amado, así que al menos os
debéis eso el uno al otro, ser sinceros, totalmente sinceros. Poned todas las
cartas sobre la mesa y no intentéis ocultaros, porque eso no será de ayuda.
Solo la verdad ayuda. La mentira nunca ayuda, solo sirve para posponer el
problema y mientras tanto el problema irá arraigando más en ti. Cuanto antes,
mejor. Habla con tu pareja; sé honesto, aunque duela. Dile que le dolerá, pero
que no debe preocuparse. Habéis sido felices juntos; si duele, también tenéis
que enfrentaros a eso. Sed completamente sinceros; sin buscar chivos
expiatorios ni otros culpables, sin racionalizarlo. Mirad dentro de vosotros,
mostrad vuestro corazón y ayudad a vuestra pareja a que también sea sincera. Si
se ha terminado el amor, sed amigos, no hace falta que forcéis nada.
Nunca traicionéis al amor. Los
amantes cambian. Eso no es un problema, no debería serlo; no deberíamos
apegarnos demasiado a las personas. Dejad que solo haya un compromiso ¡y que
solo sea con el amor! Enamoraos del amor; todo lo demás será secundario. Y sed
valientes, la valentía os ayudará. De lo contrario ambos fingiréis que, por
cualquier motivo, debéis seguir estando juntos y seguiréis siendo infelices. No
seáis infelices ni un momento. Vivid peligrosamente; es la única forma de
vivir.
La agonía y el éxtasis de la honestidad
Se dice que si todo el mundo
empezara a decir la verdad no habría amistad en el mundo, no existiría; no
habría amantes, no habría amistad, no habría matrimonio, nada. Todas esas cosas
desaparecerían. Si ocurriera, sería como un grupo de encuentro, la vida sería
como un grupo de encuentro, en todas las situaciones. No obstante, podéis
trabajar poco a poco, particularmente en las relaciones íntimas. Si ambos
estáis deseando profundizar en la sinceridad y en la honestidad, vale la pena.
Vuestro amor se volverá más profundo; tendrá algo del más allá. Si podéis ser
honestos y seguir estando juntos, si podéis sufrir la agonía que conlleva la
honestidad, un día llegará el éxtasis que la honestidad y únicamente ella
proporciona.
El miedo no es siempre algo malo
A veces tu energía necesita
quedarse sola, algo está ocurriendo en tu interior que hace que necesites estar
solo. Y cuando piensas en relacionarte con alguien hay dudas que pueden parecer
miedo. Pero el miedo no siempre es algo malo, recuérdalo. No hay nada que sea
siempre malo; depende. La gente tiene la idea de que el miedo siempre es algo
malo, pero no lo es. Sí, a veces es malo, pero a veces no lo es. No hay nada
que siempre esté bien, ni nada que siempre esté mal; todo depende del contexto.
Ahora mismo tu miedo está
totalmente justificado. Simplemente te está diciendo: “No mantengas una
relación”. No es el miedo a lo nuevo, en absoluto; esa es una mala
interpretación. No es más que miedo a que si mezclas tu energía con la otra
persona, perderás el centro que está creciendo en ti. Te estás centrando más,
te estás asentado más en tu ser. Estás aceptando tu soledad, y si inicias una
relación, te arrastrará hacia fuera. Ahora que tu movimiento se dirige hacia el
interior, la relación te sacará al exterior y eso creará una contradicción. De
ahí el miedo. En este caso, el miedo es realmente útil; te avisa de que no seas
tonto. Sigue estando solo. Cuando desaparezca el miedo mantén una relación;
entonces será totalmente correcto.
Desaparecerá cuando llegue el
momento, cuando te hayas asentado, cuando en tu interior la energía sea
exactamente como debería ser; entonces podrás permitirte salir. Primero hay que
asentarse; después será fácil salir y no será una distracción. De hecho, el
contraste hace que lo interior salga realzado. Se convierte en unas pequeñas
vacaciones del interior, pero volverás. No es algo destructivo, es creativo. En
ese caso, el amor ayuda a la meditación. Así que limítate a esperar. Escucha a
tu miedo y no lo reprimas. Desaparecerá por sí solo. Cuando la energía esté
preparada para salir verás que un día de repente estás con alguien y no tienes
miedo, todo tu ser está contigo. Cuando eso ocurra, mantén una relación. Hasta
entonces, evítalo.
Obsesionado
¡No hace falta olvidar! ¡Sigue
recordando! Estás intentando olvidar a tu ex amante. ¿Quién es capaz de olvidar
por el mero hecho de desearlo? Cuanto más intentes olvidar, más lo recordarás,
¡porque incluso para olvidar tienes que recordar! No intentes olvidar.
Conviértelo en una meditación. Cada vez que recuerdes a tu ex pareja, cierra
los ojos y recuérdala todo lo que puedas; verás como muy pronto la olvidas.
Ajuste imperfecto
Solo dos cosas muertas pueden
encajar totalmente. La vida se reafirma a sí misma, lucha, pelea, grita para llamar
la atención, intenta dominar. La vida es deseo de poder, de ahí el conflicto.
Forma parte de la vida misma. Nadie quiere ser dominado; todo el mundo quiere
dominar. La relación se produce entre estos dos deseos. Una relación es un
milagro. En realidad, no debería ocurrir; científicamente, no debería ocurrir.
Ocurre porque todavía no somos científicos. Y es bueno que todavía no seamos
científicos; nunca lo seremos totalmente. Siempre habrá algo ilógico en el
corazón del hombre.
Eso mantiene viva la llama de la
humanidad; de lo contrario el hombre se convertiría en una máquina. Solo las
máquinas están completamente ajustadas; una máquina nunca está desajustada. Así
que este es el problema al que se enfrenta toda pareja: cuando hay un conflicto
total, se destruye todo. No hay ningún puente entre tú y la otra persona; no
existe una relación. Si hay un ajuste total, también desaparece la relación,
porque ya no hay flujo, ya no hay esperanza. Justo entre los dos, exactamente
en el medio del ajuste y el conflicto un poco más de ajuste, un poco más de
conflicto; van juntos. Parecen contradictorios pero son complementarios. Si
eres capaz de recordar eso, permanecerás sano; de lo contrario una relación
puede hacer que te vuelvas loco.
Hay momentos en los que vuelve loca
a la gente, es más de lo que se puede soportar. Así que no pidas nunca un
ajuste total. Con un poco es más que suficiente. Siéntete agradecido por ello,
y deja que la relación siga fluyendo. Permaneced juntos, pero no intentéis
convertiros en uno. Permaneced juntos, pero no os desconectéis totalmente.
Seguid siendo dos pero en contacto. Eso es lo que entiendo por estar en el
medio. Y manteneos alerta. Cuando uno se dirige hacia el amor tiene que ser un
poco más consciente y tiene que tener cuidado con la otra persona. Todo lo que
haces le afecta a la otra persona.
Da y recibe
Si en una relación uno no hace
más que dar y el otro no hace más que recibir, ambos sufren. No solo la persona
que da porque se siente engañada sino también la persona que recibe porque no
puede crecer a menos que se le permita dar. Se convierte en un mendigo y la
imagen que tiene de sí mismo se viene abajo. Necesita ser reforzado y que le
den la oportunidad de dar. Entonces se siente humano; tiene seguridad en sí
mismo.
No solo sexo
Permanece muy atento, ama, y si a
veces surge el sexo como parte del amor, no hay nada de qué preocuparse. Pero
no debería ser el objetivo. El objetivo debería ser el amor. Amas a una
persona, compartes su ser, compartes tu ser con ella, compartes el espacio. En
eso consiste exactamente el amor: en crear un espacio entre dos personas, un
espacio que no pertenezca a ninguno de los dos o que pertenezca a ambos; un
pequeño espacio entre dos personas en el que ambas puedan encontrarse,
mezclarse, fundirse. Ese espacio no tiene nada que ver con el espacio físico.
Es espiritual. En ese espacio tú no eres tú, y el otro no es el otro. Ambos
vais a ese espacio y os encontráis.
En eso consiste el amor. Si
crece, el espacio común se hace cada vez más grande y ambos miembros se
disuelven en él. Así que en ocasiones, si compartes el espacio con alguien un
marido o un amigo o quien sea, y surge el sexo de forma espontánea no como algo
preparado, no como algo buscado, no como algo que estuvieras planeando entonces
no es sexual. Hay un tipo de sexo que no es en absoluto sexual. El sexo puede
ser maravilloso pero la sexualidad nunca puede ser maravillosa. Por
“sexualidad” quiero decir sexo cerebral; pensar en él, planearlo, dirigirlo,
manipularlo, porque en el fondo de la mente permanece la idea fundamental de
que uno se está acercando a un objeto sexual.
Cuando contemplas a una persona a
través de los ojos de este tipo de sexualidad, reduces a la otra persona a un
objeto. Ya no es una persona; se trata de un juego de manipulación. Terminaréis
en la cama tarde o temprano. Solo dependerá de cuánto juguéis con la idea y de
cuánto prolonguéis los preludios. La sexualidad de la que estoy hablando es esa
en la que, al final, en la mente no hay más que sexo. Cuando la mente no tiene
nada que ver con el sexo, entonces es sexo puro, inocente. Es sexo virgen. En
ocasiones, ese sexo puede ser más puro que el celibato, porque si un célibe
piensa constantemente en el sexo, no es celibato.
Cuando una persona vive una
relación de amor profundo con otra, sin pensar en el sexo, pero ocurre porque
lo compartís absolutamente todo, entonces el sexo también tiene cabida, está
bien y no hay nada de qué preocuparse. No te sientas culpable por ello.
Tiempo tormentoso
Una persona puede cambiar
completamente en un instante. Era muy feliz pero puede pasar a ser muy infeliz.
Hace solo un momento estaba dispuesta a morir por ti, y de repente está dispuesta
a matarte. Pero así es la humanidad. Le da profundidad, sorpresas, emoción. De
lo contrario la vida sería muy aburrida. Todo es maravilloso. Son notas que
contribuyen a crear una gran armonía. Y cuando amas a una persona, amas esa
armonía y aceptas todo lo que compone, esa armonía. A veces llueve, a veces el
cielo está nublado y oscuro, y a veces brilla el sol y las nubes han
desaparecido. A veces hace mucho frío, y otro mucho calor. Del mismo modo, el
clima humano cambia, todo cambia. Cuando amas a una persona, amas todas las posibilidades.
Las posibilidades son infinitas y tú amas todas las sombras y los matices.
Así que sé sincero y ayuda a que
tu pareja también lo sea. Si lo haces, el amor se convertirá en un crecimiento.
De lo contrario, puede volverse en algo venenoso. Al menos no corrompas el
amor. No lo corrompe el odio; recuerda: lo corrompe la falsedad. No lo destruye
la ira, nunca, lo destruye un ser falso, un rostro falso. El amor solo es
posible cuando hay libertad para ser uno mismo sin ninguna protección, sin
ninguna reserva. Simplemente fluyes. ¿Qué puedes hacer? Cuando te sientes lleno
de odio, eres odioso. Cuando hay nubes y brilla el sol, ¿qué puedes hacer? Si
la otra persona te entiende y te ama, lo aceptará; te ayudará a salir de las
nubes, porque sabe que es circunstancial, que viene y va. No es más que un
estado de ánimo, una fase pasajera, y detrás de esas fases pasajeras está la
realidad, el espíritu de la persona, el alma. Cuando aceptas todas esas fases,
poco a poco empiezan a brillar destellos de tu alma auténtica.
Dulce tristeza
La soledad conlleva una especie
de tristeza, una especie de pena, y también una paz y un silencio muy
profundos. Depende de cómo lo mires. Cuando estés alejado de tu pareja,
considera que es una gran oportunidad para estar solo. Entonces cambiará tu
perspectiva. Contémplalo como una gran oportunidad para tener tu propio
espacio. Resulta muy difícil tener tu propio espacio, pero, a menos que lo
tengas, nunca te familiarizarás con tu ser, nunca llegarás a saber quién eres.
Siempre estás comprometido, siempre estás ocupado en mil cosas en una relación,
en asuntos cotidianos, en ansiedades, planes, futuro, pasado. Vives
continuamente en la superficie.
Cuando estás solo puedes empezar
a asentarte, a sumergirte en ti mismo. Al no estar ocupado, no te sentirás como
sueles sentirte siempre. Será diferente, y esa diferencia puede parecer
extraña. No hay duda de que cuando se está separado, se echa de menos al amado,
al amante, al amigo, pero esta situación no durará siempre. No es más que una
pequeña disciplina. Si te amas profundamente y te sumerges en ti mismo, estarás
dispuesto a amar incluso más profundamente, porque aquel que no se conoce a sí
mismo no puede amar con profundidad. Si vives en la superficie, tu relación no
puede ser profunda. Al fin y al cabo, es tu relación. Si tienes profundidad, tu
relación también la tendrá.
Así que acepta esta oportunidad
como una bendición y vívela. Disfrútala. Si te sientes triste, desperdiciarás
la oportunidad. Y no es algo que vaya en contra del amor, recuerda. No te
sientas culpable. En realidad es la verdadera fuente del amor. El amor no es lo
que normalmente conocemos como tal. No es eso. No es una mezcla de
sentimentalismo, emociones, sensaciones. No es eso. Es algo muy profundo,
realmente fundacional. Es un estado mental, y ese estado mental solo se alcanza
cuando penetras en tu propio ser, cuando empiezas a amarte a ti mismo. En eso
consiste la meditación cuando uno está solo: en amarse tan profundamente que
por primera vez te vuelvas el objetivo de tu amor.
Así que estos días en los que
estés solo, sé narcisista; ¡ámate a ti mismo, disfruta de ti mismo! Deléitate
en tu cuerpo, en tu mente, en tu alma. Disfruta del espacio vacío que tienes a
tu alrededor y llénalo de amor. Si tu amante no está ahí; ¡llénalo de amor!
Derrama tu amor por todo tu espacio, y comenzará a ser luminoso; brillará. Y
cuando tu ser amado se acerque a ti, te darás cuenta por primera vez de que
ahora es un tipo de amor totalmente diferente. Tienes algo que dar, que
compartir. Ahora puedes compartir tu espacio porque tienes tu espacio.
Normalmente las personas piensan
que comparten pero no tienen nada que compartir; no tienen poesía en su
corazón, no tienen, amor. En realidad, cuando dicen que quieren compartir no
quieren dar, porque no tienen nada que dar. Están tratando de lograr algo de la
otra persona, al igual que el otro. Él está tratando de obtener algo de ti, y
tú estás tratando de obtener algo de él. En cierto modo, ambos estáis tratando
de quitarle algo a la otra persona. De ahí el conflicto que surge entre los
enamorados, la tensión; la continua tensión para dominar, para poseer, para
explotar, para convertir al otro en un medio para tu placer, para utilizar al
otro para tu satisfacción. Por supuesto, lo ocultamos detrás de bellas
palabras.
Decimos: “Queremos compartir”,
pero ¿cómo vas a compartir si no tienes? Así que disfruta del espacio, de la
soledad. No lo llenes con recuerdos del pasado, no los llenes con imaginaciones
y fantasías futuras. Deja que sea tal como es: puro, simple, silencioso.
Deléitate en él; mécete, canta, baila. Pura dicha de estar solo. Y no te
sientas culpable. Ese es otro problema: los amantes siempre se sienten
culpables. Si están solos y están contentos se sienten un poco culpables.
Piensan: “¿Cómo puedes estar contento cuando tu ser amado no está contigo?”,
como si estuvieras engañando a la otra persona. Pero si no estás contento
cuando estás solo, ¿cómo vas a estar contento cuando estéis juntos? Así que no
se trata de engañar a nadie.
La rosa se gesta por la noche,
cuando nadie contempla el rosal. En lo más profundo de la tierra, las raíces
están creando a la rosa. Nadie está mirando hacia allí. Si el rosal pensara:
“Solo mostraré mis rosas cuando haya gente alrededor”, no habría nada que
mostrar. No tendría nada que compartir, porque todo lo que quieras compartir
primero tiene que ser creado, y toda la creatividad surge de las profundidades
de la soledad. Así que permite que esta soledad sea un vientre, y disfruta,
deléitate en ella; no sientas que estás haciendo algo malo. Es una cuestión de
actitud y de enfoque. No la interpretes equivocadamente. No tiene que ser
triste. Puede ser enormemente pacífica y dichosa. Depende de ti.
La prueba de fuego de la verdad
Ninguna relación puede crecer
realmente si tú no haces más que contenerte. Si sigues siendo astuto y no haces
más que salvaguardarte y protegerte, si solo se encuentran los personajes, pero
el centro esencial permanece solo. Entonces solo se relaciona tu máscara, no
tú. Cuando ocurre eso, hay cuatro personas en la relación, no dos. Las que se
encuentran son dos falsas personas, y las dos auténticas permanecen en mundos
aparte. Ahí está el riesgo. Si eres sincero, verás que nadie puede saber si esa
relación será capaz de entender la verdad, la autenticidad; si esa relación
será lo suficientemente fuerte para soportar la tormenta. Existe un riesgo, y a
causa de él, la gente se protege mucho. Dicen lo que debe decirse; hacen lo que
debe hacerse. El amor se convierte prácticamente en un deber.
Pero en ese caso la realidad
sigue hambrienta, y la esencia no se alimenta. Así que la esencia se entristece
cada vez más. Las mentiras de la personalidad son un peso demasiado grande en
la esencia, en el alma. Es un riesgo real, y no hay ninguna garantía, pero yo
te digo que vale la pena correr el riesgo. A lo sumo, la relación puede
romperse, a lo sumo. Pero es mejor estar separado y ser auténtico que ser falso
y estar juntos, porque eso nunca te satisfará. De ahí nunca surgirá una
bendición. Seguirás hambriento y sediento, y seguirás arrastrándote, esperando
que ocurra un milagro. Para que ocurra un milagro tienes que hacer algo:
empezar a ser sincero, aunque corras el riesgo de descubrir que quizá la
relación no es lo suficientemente fuerte y no resistirá. Puede que la verdad
sea excesiva, insoportable, pero entonces esa relación no vale la pena. Así que
hay que pasar esa prueba.
Una vez que eres sincero, todo lo
demás se vuelve posible. Si eres falso solo una fachada, una cosa pintada, una
careta, una máscara nada es posible. Porque con lo falso solo ocurre lo falso,
con la verdad, la verdad. Comprendo tu problema. Es el problema de todas las
parejas, que en el fondo tienen miedo. No hacen más que preguntarse si esa
relación será lo suficientemente fuerte para soportar la verdad. Pero ¿cómo puedes
saberlo de antemano? No existe un conocimiento a priori. Hay que investigar
para saberlo. ¿Cómo vas a saber, sentado en tu casa, si serás capaz de soportar
la tormenta y el viento que hay fuera? Nunca has estado en medio de la
tormenta. Sal y compruébalo. El único camino es el de probar y errar; sal y
compruébalo. Puede que seas derrotado, pero incluso con esa derrota te habrás
vuelto más fuerte que ahora.
Si una experiencia te derrota, y
después otra, y después otra, poco a poco, seguir caminando en medio de la
tormenta, te hará cada vez más fuerte. Llegará un día en el que empieces a
disfrutar de la tormenta, en el que empieces a bailar en medio de la tormenta.
Entonces esta ya no será el enemigo. También es una oportunidad una oportunidad
salvaje ser. Recuerda: nunca se llega al ser de forma confortable; de lo
contrario les habría ocurrido a todas las personas.
No es algo que pueda ocurrir
cómodamente; en tal caso todo el mundo tendría un ser propio y auténtico sin
ningún problema. Ser ocurre solo cuando te arriesgas, cuando te diriges al
peligro. Y el amor es el mayor peligro que existe. Te exige totalmente. Así que
no tengas miedo; lánzate. Si la relación sobrevive a la verdad, será
maravillosa. Si muere, también estará bien porque habrá terminado una relación
falsa, y entonces estarás más capacitado para dirigirte a otra relación más
sincera, más sólida, que tenga más que ver con la esencia.
No pidas nunca compasión
Limítate a ser feliz. Una
relación no es tan importante como llegar a ser feliz. Y si eres feliz, ¿qué
más te da la relación? Una relación no es creativa, solamente refleja lo que
ocurre. Es como un espejo: si hay algo que reflejar, el espejo lo refleja. Si
no hay nada que reflejar, el espejo no puede crear nada; es pasivo. Así que
acuérdate siempre de ser feliz, de disfrutar, y si algo surge en el camino. Muy
bien. Y surgirá, porque la persona feliz tiene que compartir. Pero tiene que
esperar un poco, ya que solo una persona feliz atrae a otra persona feliz. Si
eres infeliz, atraerás a muchas personas, porque ellas también son infelices,
así que algo encaja. En cada persona hay un mesías, un terapeuta. Así que
cuando eres infeliz, alguien se acerca, se compadece y se siente muy bien, como
drogado.
Una persona es infeliz y quiere
ayudarte; se siente muy importante al hacerlo. Así es como las personas se
interesan las unas por las otras. Alguien está padeciendo, alguien está
sufriendo; esa persona atraerá a muchos simpatizantes, amantes, amigos. Serán
de muchos tipos. Puede que sean sádicos que estén interesados en que los demás
sean infelices. ¡En el mundo hay muchos sádicos! O puede que sea únicamente una
cuestión del ego. La persona infeliz les ayuda a sentirse relativamente felices
en comparación con ella, así que les gusta tener siempre a su alrededor a gente
infeliz. Es la única forma que conocen. Recuerda: la compasión no es amor, y si
alguien siente compasión por ti, ¡cuidado! No es amor, y la compasión solo
permanecerá mientras seas infeliz.
Una vez que seas feliz,
desaparecerá la compasión, porque esta no puede ir cuesta arriba. Es como el
agua que cae por la ladera de la montaña; se dirige hacia las personas que son
más infelices que tú. La compasión nunca asciende, no puede ascender. No tiene
un sistema de bombeo; tu compasión no puede dirigirse hacia una persona que
esté más arriba que tú. Así que no exijas nunca compasión, ya que eso te
corrompe a ti y a la otra persona. Si te acomodas en la compasión y empiezas a
pensar que es amor, te habrás acomodado en algo que es como una falsa moneda.
Solo te dará la sensación de amor, pero no será amor. El auténtico amor no
siente compasión. El auténtico amor siente empatía.
Es empatía, no compasión.
Compasión significa: “Tú eres infeliz y a mí me gustaría ayudarte. Yo
permanezco fuera. Te doy la mano. No me afectas. De hecho, en el fondo,
disfruto con ello. Me encanta que alguien me esté dando la oportunidad de sentirme
tan drogado”. Esto es algo violento. La empatía es totalmente diferente. Empatía
significa: “Me siento igual que tú. Si eres infeliz, siento tu infelicidad. Me
roza, me afecta. No como alguien que está fuera sino como si yo formara parte
de tu ser”. El amor es empatía, no es compasión. Así que recuerda esto y
resiste la tentación de pedir compasión. La tentación surge porque cuando
sientes que el amor no está sucediendo, empiezas a conformarte con menos.
Empiezas a vivir con tristeza y a
exigir compasión de forma sutil. No la exijas nunca. Esa es la mayor vileza en
la que puede caer un ser humano. Nunca hagas eso. Sé feliz. Hará falta un poco
de tiempo para que haya amor, porque la mayor parte de las personas son
sádicas, ellas son infelices y están intentando probar que son mesías,
auxiliadores que resuelven las infelicidades de los demás. Pero si tú eres
feliz, atraerás a gente que no tenga estas paranoias; gente que simplemente es
feliz y a la que le gustaría compartir su felicidad contigo. Ahí radica su
belleza: si eres feliz y te encuentras con una relación, te sientes bien,
compartes, pero no dependes de ella. No te conviertes en un esclavo, no te
vuelves adicto a ella, porque puedes ser feliz sin ella. Tener una buena
relación es compartir; no hay dependencia.
Los dos miembros de la pareja
permanecen totalmente libres e independientes. Nadie posee, no hace falta. Es un don gratuito. Tengo mucho, así que te lo
doy. No hace falta, puedo estar solo y sentirme completamente feliz. Cuando dos
personas están enamoradas y ambas son capaces de estar solas y felices, tiene
lugar un amor realmente maravilloso porque no se están obstaculizando de
ninguna manera el crecimiento de la una y de la otra.
Sé consciente en ese preciso instante
Cada vez que hay un cambio,
cualquier tipo de cambio, las cosas se ven mucho más claras. Cuando el cambio te
altera, se remueven todas tus molestias interiores. Observa cuando ambos os
sentís molestos y estáis intentando culpar a la otra persona. Observa en tu
interior; la otra persona nunca tiene la culpa. Recuerda esto como si fuera un
mantra: la otra persona nunca tiene la culpa. Limítate a contemplarlo, limítate
a contemplarlo. Si en ese momento te vuelves sabio, no habrá ningún problema.
Todo el mundo se vuelve sabio cuando el momento ya ha pasado, y la sabiduría
retrospectiva no sirve de nada. Sé consciente justo en el momento en el que
estés culpando a la otra persona, y permite que funcione tu conciencia.
Inmediatamente dejarás de hacerlo.
Pero cuando te vuelves sabio
después de haber reaccionado, de haber luchado, fastidiado y molestado, ya es
demasiado tarde. No tiene sentido, ya has causado el mal. Esta sabiduría es
seudo sabiduría. Te da la sensación de que has entendido. Esa es una trampa del
ego. Esta sabiduría no te servirá de nada. La conciencia debería haber surgido
antes, deberías haber visto que era inútil cuando estabas haciéndolo, en ese
preciso instante. Si eres capaz de darte cuenta de eso cuando esté ahí, no
podrás hacerlo. Uno nunca puede ir en contra de la conciencia, y si va en
contra de ella quiere decir que la conciencia no es conciencia. Se está
confundiendo con otra cosa. Así que recuerda: la otra persona nunca es
responsable de nada.
Es algo que procede de ti. Y por supuesto, la
persona a la que amas es la más cercana a ti. No puedes descargarlo sobre
cualquier desconocido que pase por la calle, así que la persona más cercana a
ti se convierte en la receptora, donde derramas tu estupidez. Pero hay que
evitar eso porque el amor es muy frágil. Si lo haces con frecuencia, en exceso,
puede que el amor desaparezca. La otra persona nunca es culpable. Intenta
convertir esto en un estado de conciencia permanente, que te lo recuerde cada
vez que empieces a encontrar algo malo en la otra persona. Te pillarás a ti
mismo con las manos en la masa, y lo soltarás en ese mismo instante y en ese
mismo lugar.
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